Un año de pandemia y de teletrabajo en la UOC

18/03/2021

Este mes de marzo hará un año del momento en que todo comenzó. El día 14 se declaraba el estado de emergencia y la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ya era una realidad.

En ese momento nadie podía imaginar lo que vendría después, pero en la UOC lo que tuvimos claro desde un primer momento fue que había que garantizar la seguridad y la salud de las personas que formamos parte de la universidad. De este modo, y con el objetivo de minimizar el riesgo de contagio, todos y todas pasamos a teletrabajar de forma generalizada.

Empezó un confinamiento y una nueva forma de trabajar, con la familia y en casa. El director del Área de Personas, José Miguel de la Dehesa, afirma que «nadie nos enseñó a teletrabajar en tiempos de pandemia; era una situación completamente excepcional que significó superar muchas dificultades. Y quiero agradecer personalmente el esfuerzo y el compromiso que han demostrado todas las personas que trabajan en la UOC. Gracias a todos y todas por vuestra dedicación».

Fue un confinamiento que también conllevaba otros riesgos que podían afectar al bienestar de las personas. De este modo, se reactivó el servicio de atención psicológica (SAP), que actualmente está en fase de licitación; se adaptó el servicio médico, que pasó a ser telefónico, y el de fisioterapia, que siguió en línea y que ahora se ofrece también presencialmente.

Un nuevo escenario de trabajo

En este nuevo escenario completamente excepcional, la UOC incrementó hasta tres veces el importe destinado a las ayudas tecnológicas: un total de 80.550 euros. «En un entorno que en muchos casos no era el más favorable, nuestra prioridad era dar respuesta a las necesidades surgidas debido a la situación excepcional provocada por la pandemia», afirma De la Dehesa. También se activó el protocolo de cesión de equipamientos (pantallas, ordenadores, sillas…).

Una situación excepcional que requería también medidas excepcionales: así, se puso en marcha la encuesta PulseCOVID, con el objetivo de saber cuál era la situación de las personas del equipo propio y su valoración sobre cómo la UOC lo estaba gestionando. Fruto de esta encuesta se implementaron una serie de acciones, como la formación en herramientas de teletrabajo y organización personal, que fue la respuesta para facilitar herramientas para teletrabajar en tiempos de COVID-19 y, en definitiva, para ayudar a todo el equipo propio a hacer que su día a día fuera un poco más fácil.

También se reenfocó el Programa de impulso directivo (PID) para dar herramientas, recursos y compartir buenas prácticas con las personas con responsabilidades directivas sobre cómo gestionar asíncronamente los equipos en remoto. De este modo, se pretendía potenciar la colaboración virtual mediante la tecnología e identificar oportunidades para crear momentos de conexión con los equipos, compartir conocimiento y evitar el aislamiento.

Y también se reconceptualizó la Semana Saludable, que este año fue por primera vez desde casa y giró en torno al teletrabajo. Debíamos acercarnos desde una vertiente diferente a la de las reuniones de trabajo, encontrar momentos para reencontrarnos con otros compañeros y compañeras, aunque fuera a través de una pantalla, y al mismo tiempo, cuidarnos.

Y, a pesar de la pandemia, el modelo de la UOC no solo nos permitió seguir nuestra actividad, sino que también seguimos creciendo. En este último año se han incorporado un total de 45 personas con contrato de larga duración o de estructura. Y en estos momentos, en los que no han conocido personalmente a las personas de su equipo y ni siquiera han pisado un edificio de la UOC, «es vital acogerlos de una forma diferente a como lo hacíamos hasta ahora, y por eso estamos trabajando en el proceso de acogida con el objetivo de adaptarlo a las necesidades actuales y futuras, sobre todo teniendo en cuenta que vamos hacia una organización del trabajo más híbrida y más digital», afirma José Miguel de la Dehesa. Y concluye: «El objetivo es diseñar un nuevo journey que se adapte a las necesidades de los diferentes colectivos que forman la UOC y que tienen necesidades de acogida distintas en su incorporación».

Afortunadamente ahora estamos en un momento muy diferente al que vivimos hace un año, y la pandemia ha acelerado procesos para que en un futuro no muy lejano #TrabajemosDiferente.

Hacia una nueva manera de trabajar

El proyecto Nueva Manera de Trabajar es un proceso de cambio ambicioso y de gran alcance. Convertirse en una universidad digital nos permitirá, además de trabajar mejor, ser más sostenibles y saludables, más competitivos y más globales; atraer, fidelizar y promover mejor el talento; ser más ágiles y tener mayor capacidad de adaptación al cambio, y ser referentes.

Según el rector, Josep A. Planell, «es un gran cambio cultural que conllevará un cambio organizativo muy importante, seguramente el cambio organizativo más significativo desde la creación de la UOC, porque supone repensar o adaptar procesos, estructuras organizativas y liderazgos».

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